--R&TA | POLITICA DE RADIODIFUSION
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Apoyo mayoritario a la nueva

Ley de Radio y TV mexicana Un reclamo de mas de 30 años

Organizaciones indígenas, comunitarias, universitarias y de organismos no gubernamentales mexicanas manifestaron su apoyo a la nueva Ley de Radio y Televisión, por considerar que acabará con la discrecionalidad en el otorgamiento de concesiones.
Los representantes de las agrupaciones se reunieron con Senadores de las Comisiones Unidas de Comunicaciones y Transportes, Gobernación y Estudios Legislativos, encargados de elaborar el dictamen definitivo de las reformas a la reglamentación.
Ante los legisladores solicitaron que en el proyecto de dictamen se incluya el término radio comunitaria «para que exista en la nomenclatura legal», algo por lo que han luchado durante 30 años diversas comunidades de ese país.
Sin embargo, integrantes del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y la Televisión (STIRyT) pidieron ser tomados en cuenta en este proceso de análisis, pues no han sido consultados, y demandaron a las radios independientes trabajar en la legalidad.
En el encuentro, celebrado en la Torre del Caballito, integrantes de organismos como Radio Otomí, Radio UAS, CENCOS, así como de diversas estaciones comunitarias y agrupaciones de derechos humanos, solicitaron estos cambios.
En cambio, sí respaldaron la creación del Consejo Nacional de Radio y Televisión que propone la nueva disposición, pues entienden que permitirá transparentar el otorgamiento de concesiones y permisos, además de que «representa una oportunidad de cambiar el rumbo del país».
En su intervención, la dirigente de Espacio para el Diálogo, Clara Jusidman, sostuvo que la nueva ley es «parte fundamental para la reforma del Estado, para pasar de una democracia electoral formal a una democracia participativa».
En tanto, la integrante de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación Alma Rosa Alva de la Selva afirmó que la discrecionalidad gubernamental «se ha traducido en una relación de mutuos favores del gobierno en turno con los dueños de los medios electrónicos» lo que ha creado un ambiente de incertidumbre en la industria. Asimismo, aseguró que en el nuevo texto «los criterios son otros, totalmente diferentes a una vieja ley que ya no responde ni a las necesidades de los industriales ni del público en general».
La investigadora aseguró que «esta situación de discrecionalidad y de incertidumbre jurídica para la industria permanece desde hace muchos años, y ha sido un problema histórico y en el marco el proceso de democratización del país, es ya insostenible a todas luces».
Francisco González Garza, de la asociación «A Favor de lo Mejor», y Gerardo Soria, del Instituto del Derecho a las Telecomunicaciones, se pronunciaron contra el proyecto.
A fines del año pasado, la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) denunció presiones de empresarios para evitar que el Gobierno autorizara nuevas licencias.

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Es la primera desde las elecciones

Otra periodista raptada en Irak

Un grupo de hombres armados en Bagdad secuestró a la periodista italiana, Giuliana Sgrena, corresponsal en Irak del diario Il Manifesto, según informaron medios informativos de ese país.
Sgrena fue sorprendida cuando se dirigía, junto a su intérprete, a la mezquita sunnita de Al Kastl, en la zona de la Universidad de Bagdad.
Momentos después, el traductor relató a otros trabajadores de prensa lo que había vivido. Aseguró que una cuadrilla armada detuvo el vehículo y obligó a su compañera subirse a un automóvil, que enseguida se alejó del lugar.
Sgrena trabajaba en temas relacionados con el fundamentalismo islámico y había sido reportera en Afganistán durante ese conflicto.
Mientras tanto, Silvio Berlusconi, primer Ministro italiano, aseguró: «La máquina negociadora ya se ha activado».
Una colega de Sgrena, la periodista de radio Barbara Schiavulli, aseguró que estaban hablando por teléfono cuando su amiga fue interceptada.
«Giuliana es mi compañera de habitación. Me llamó cuando se la estaban llevando. Oí los disparos», dijo. «Empecé a gritar ‘Giuliana, Giuliana’, pero ya no contestó».
La trabajadora de Il Manifesto es la octava italiana en ser secuestrada en Irak, y la primera desde las elecciones del 30 de enero.
El año pasado, las cooperantes, Simona Pari y Simona Torreta y el cronista Enzo Baldón, sufrieron el mismo delito.
Las mujeres fueron liberadas sin que hubieran sufrido daños, pero el hombre fue asesinado por sus captores, aunque su cadáver nunca se encontró.

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