Los principales accionistas siguen siendo españoles

Movimientos en Hispasat

El operador de telecomunicaciones por satélite, Hispasat, seguirá dominado por capitales españoles. El grupo multinacional de servicios financieros BBVA, que controla 10,75% del capital accionario, finalmente no venderá su parte. La misma decisión adoptó Telefónica, que seguirá conservando el 13.23%.
La información se conoció, luego de que la presidenta del satélite español, Petra Mateos, y el Gobierno pidieran a ambas firmas dar marcha atrás en sus intenciones de abandonar la sociedad.
El resto de los dueños son Telecom, AUNA (17.64% ) - que ya confirmó que se desprenderá de su participación-, Eutelsat (27.69 %), Eads Casa (5%) y las instituciones del sector público: Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) -16.42% -, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales -SEPI-, con el 7.45% y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), con el -1.85%-.
Sin embargo, el BBVA podría modificar su postura en las próximas semanas, según aseguraron fuentes del banco a diarios españoles.
Por otra parte, la francesa Eutelsat y Aberti aspira a retener las acciones que se liberen.
Actualmente, Hispasat contribuye al despliegue de plataformas de televisión digital, distribución de radio y televisión, servicios avanzados de telecomunicaciones, incremento de la oferta audiovisual entre Europa y América, acceso a Internet en banda ancha y el desarrollo de los nuevos servicios interactivos y multimedia asociados a la tecnología digital como la teleformación, distribución de contenidos, video y cine bajo demanda o videoconferencia de alta calidad.

Opinion

El rol de los satélites en España

El profesor Francisco Sacristán Romero de la Universidad Complutense de Madrid se refirió en exclusiva a la realidad de estos colosos del cielo en la madre patria.

El sector de las comunicaciones vía satélite en España se encuentra en una fase muy activa. El número de servicios y aplicaciones tiende a un crecimiento exponencial muy significativo, ligado directamente a las nuevas vías de explotación comercial del sistema de satélites. El punto de inflexión o referencia que marcó este despegue fue la puesta en órbita del primer aparato en 1992: Hispasat.
La irrupción en el mercado universal audiovisual, de una iniciativa netamente española provocó graves tensiones en un campo de la actividad económica tradicionalmente reducido a un número muy pequeño de empresas, asociaciones y operadores públicos y privados.
En la década de los 80, la utilización de estos colosos del espacio iba destinada a las aplicaciones encaminadas al encauzamiento del tráfico de líneas telefónicas y la distribución de señales de televisión.
En los 90, la situación experimentó un giro cualitativo muy importante. Sumados a las prestaciones del periodo anterior, nacen otras relacionadas con las comunicaciones fijas y móviles, el almacenamiento y procesado de información y la radiodifusión directa a casas y empresas, entre otros.
En pleno siglo XXI están creciendo especialmente las aplicaciones de tipo empresarial con el empleo de los terminales VSAT, con una importante penetración en el mercado.
Este auge notable se ha aprovechado de las cualidades más relevantes de estos equipos espaciales como son la existencia de una infraestructura relativamente sencilla, muy flexible en cuanto a su instalación inmediata, la cobertura de áreas geográficas dispersas y la operatividad plena independientemente de los accidentes naturales del terreno. Por todo ello, la posibilidad de penetrabilidad de las redes de comunicaciones más potentes en lugares donde apenas existen, como es el caso de los países más atrasados de Europa Oriental, es factible con el empleo de los recursos aportados por la tecnología de los satélites.