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      Un debate que 
        recien empieza 
      Jornada 
        sobre Régimen Legal del Correo Electrónico   
      Los 
        representantes y profesionales del sector de las telecomunicaciones y 
        la tecnología presentaron sus opiniones sobre los parámetros 
        en los que debería de acomodarse una ley que regule el intercambio 
        de correo electrónico no deseado.  
       La 
        palabra spam, de origen inglés, designaba un tipo de jamón 
        con especias (Spiced Ham), un enlatado que no requería refrigeración 
        y por eso era fácil de encontrar en cualquier parte. 
        Algo de eso llevó a los usuarios de Internet a transportar esa 
        interpretación a los spam o correos electrónicos no deseados, 
        que hoy afecta a 9 de cada 10 internautas. 
        Para desmenuzar este tema, la Comisión de Comunicaciones e Informática 
        de la Cámara de Diputados, organizó la primer Jornada sobre 
        Régimen Legal de Correo Electrónico. Fue el 10 de mayo y 
        participaron representantes de cámaras comerciales, usuarios, profesionales 
        y expertos en tecnología.  
        ”La opinión pública asumió la ´psicosis´. 
        No contra los virus o los delincuentes que lo usan, sino frente al medio 
        en sí. Es una guerra contra el e-mail masivo. Una verdadera caza 
        de brujas”, manifestó Alberto Schreiber, especialista en 
        análisis de información para la toma de decisiones en Desarollo 
        Organizacional y Marketing. 
        Asimismo, sugirió una genealogía del término spam. 
        Según expuso el panelista, en un primer momento connotaba un mensaje 
        basura; en una segunda etapa, el término abarcó también 
        textos que podían ser deseados, pero no habían sido solicitados; 
        luego se asoció con lo masivo. Finalmente, los lideres de opinión 
        y expertos que respondían a empresas de comunicación “lo 
        asociaron con terrorismo”. 
        De acuerdo a las cifras presentadas en la jornada, el 90 por ciento de 
        los navegantes reciben este tipo de envíos y más del 80 
        por ciento lo considera molesto. 
        Estados Unidos es el país originario principal de esta actividad, 
        con un 43 por ciento del tráfico mundial; seguido por Corea del 
        Sur (19%) y China (11%).  
      El 
        marco legal 
      En la 
        Argentina no existe ninguna normativa específica destinada a ordenar 
        esta problemática. Por aproximación, se aplica el artículo 
        27 de la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales y su Reglamentación, 
        que si bien no se refiere expresamente a lo virtual autoriza a quien se 
        sienta perjudicado a solicitar “el retiro o bloqueo de nombre de 
        los bancos de datos”.  
        Los métodos más difundidos en el mundo para regular esta 
        cuestión son la prohibición de recibirlo sin consentimiento 
        previo, el “etiquetamiento” como spam, la sanción por 
        identificación dolosa de origen y/o contenido del correo y las 
        “listas negras”, es decir, que se bloquee la dirección 
        de un envío si se lo considera spam.  
        Si bien la propuesta del encuentro era desarrollar el tema de la regulación 
        del correo electrónico, varios oradores se refirieron y fijaron 
        sus opiniones sobre los 3 proyectos que existen hoy en la Cámara 
        baja. 
      Proyectos 
        en carpeta 
      Los 
        textos presentados pertenecen a la diputada justicialista, Lucrecia Monti, 
        a Mauricio Bossa (UCD) y Osvaldo Nemirovsci (PJ).  
        El contenido del plan de Monti equipara el medio con la correspondencia 
        postal y prevé las mismas penas definidas en el Código Penal 
        y el Código Civil. Además recae en los proveedores de servicios 
        de Internet la responsabilidad por el cumplimiento de la legislación, 
        (un punto muy discutido por algunos sectores) y establece que son los 
        usuarios los únicos autorizados en limitar la prestación. 
        Las iniciativas de Bossa y Nemirovsci abundan en definiciones técnicas 
        y precisiones terminológicas como: “correo electrónico”, 
        “cuerpo de mensaje”, ”adquirir”, ”remitente” 
        o ”nombre de dominio”. Ambas ideas obligan a incluir las leyendas 
        “Publicidad” y “Publi.Adulto” en el cuerpo del 
        mensaje, para advertir claramente el carácter publicitario del 
        mismo; y sugieren la confección de una lista, en donde figurarían 
        los nombre de las direcciones que no quieran recibir correo. El diputado 
        liberal insiste más en esta clase de controles y agrega la categoría 
        de “computadora protegida”, para los equipos de entidades 
        financieras, Gobiernos y aquellos receptores que se anoten en un futuro 
        “Registro Nacional de no envío”. Otra novedad es que 
        se concede a los prestadores cobrar por esta clase de envíos a 
        los remitentes. 
        Por su parte, la representante de la Fundación Vía Libre 
        (un grupo que defiende el software libre), Beatriz Busaniche, opinó 
        que las especificaciones en esta área eran “contraproducentes”, 
        debido a que los avances técnicos son más veloces que los 
        legales.  
        La institución, como la gran mayoría de las agrupaciones 
        de este tipo, manifestó su preocupación acerca de la posibilidad 
        de que la decisión de recibir un mensaje quede en manos de los 
        servidores y no en la de los particulares.  
        El director de la red alternativa (Nac&Pop), Martín García, 
        apuntó contra los grandes multimedios y preguntó: “¿Vamos 
        a darle al Grupo Clarín también el poder de censurar los 
        medios de comunicación en Internet, como viene sucediendo hace 
        20 años con la radio y la TV?. No se puede someter a un sociedad 
        sino se somete a la opinión publica”, concluyó. 
        El periodista acusó a Ciudad Internet, servidor del grupo nacional, 
        de censurar su agencia de noticias online. 
        El 9 de febrero, la firma digital dio de baja a Nac&Pop por “hacer 
        Spam”. 
        “Si nos obligan a ser ´truchos´ vamos a serlo, nuestra 
        pelea es una pelea por la libertad”, concluyó.  
        Por su parte, Marcos Pueyrredón, el presidente de la Cámara 
        Argentina de Comercio Electrónico (CACE), una asociación 
        que promueve la utilización de las nuevas tecnologías, expresó 
        su preocupación sobre las posibilidad que se congestione la red, 
        en virtud de la cantidad de mensajes enviados y recibidos, “muchos 
        mensajes vuelven a su remitente, generando un enorme tráfico y 
        pérdidas económicas, de tiempo y eficiencia”, subrayó. 
        Mariano Absatz, delegado de la Coalición contra el correo electrónico 
        comercial no solicitado (CAUCE, -por sus siglas en inglés-) opinó 
        que era necesario encontrar un punto justo de generalidad para poder obtener 
        una legislación “aplicable y duradera”. 
        La agrupación formada originalmente en los EE. UU. plantea, por 
        ejemplo, la creación de entidades internacionales “que funcionen 
        como meta-gobierno y arbitro de la red global”, de modo similar 
        a como lo hacen otros entes internacionales como la Unión Internacional 
        de Telecomunicaciones. 
        “¿Qué legislamos? ¿Radiodifusión? ¿Telecomunicaciones? 
        ¿Protección de datos?”, planteó el ex secretario 
        de Comunicaciones y especialista en el tema, Henoch Aguiar.  
        En este sentido, aludió a la necesidad de encontrar un camino intermedio 
        entre “la cacofonía regulatoria” (es decir, la reiteración 
        de contenidos de leyes relacionadas con el área) y un código 
        integral y exclusivo del correo electrónico. Para lograrlo, aconsejó 
        concentrar la autoridad de aplicación, basarse en terminología 
        compartidas y analizar la compatibilidad de las normas ya vigentes, entre 
        otros. 
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