|   Homicidios, 
        desapariciones y agresiones 
      Sólo 
        Irak supera a México en la cantidad de periodistas asesinados  
      Dos 
        nuevas ejecuciones en los últimos 4 meses, amenazas y desapariciones 
        de periodistas dibujan el mapa de la situación de la prensa mexicana. 
        La reportera Guadalupe García Escamilla, de 40 años - especializada 
        en temas de tráfico de drogas-, fue acribillada por nueve balazos. 
        Días antes había recibido amenazas telefónicas como 
        consecuencia de sus investigaciones.  
        El 18 de abril, la mujer fue interceptada mientras bajaba de su automóvil 
        a la entrada de la estación radial donde conducía un noticiero 
        de temas policiales.  
        Tres días después, en la ciudad de Veracruz, al sur del 
        país, Raúl Gibb Guerrero, director del diario La Opinión 
        donde se publicaban artículos sobre el Cártel del Golfo 
        del sur-sureste del país, fue baleado por cuatro desconocidos y 
        murió instantáneamente.  
        En ambos casos, las autoridades reconocieron que los crímenes fueron 
        motivados por sus tareas periodísticas.  
        El vocero de la Presidencia de México, Rubén Aguilar, informó 
        que el Poder Ejecutivo “tiene una causa común con ustedes, 
        los periodistas” y que la Procuraduría General de la República 
        (Fiscalía General), atraería la investigación de 
        ambos casos.  
        El presidente Vicente Fox se reunió con periodistas del Diario 
        El Imparcial -editado en Sonora, al norte del país-, “para 
        conocer de viva voz los riesgos que corren los informadores al ejercer 
        su labor”.  
        En esa cita se abordó el tema de la desaparición de Alfredo 
        Jiménez Mota, empleado de ese medio, especialista en temas de seguridad 
        y narcotráfico, que está desaparecido desde el 2 de abril. 
         
        Fox condenó las muertes “porque nadie ganaría y todos 
        los mexicanos perderíamos, si alguna vez los medios de comunicación 
        guardaran silencio”.  
        Los ataques motivaron que organizaciones internacionales defensoras de 
        las libertades informativas, como el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), 
        la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Reporteros sin Fronteras (RSF) 
        y el Committee to Protect Journalists (Comité por la Protección 
        de los Periodistas, CPJ) soliciten acciones inmediatas para aclarar estos 
        crímenes.  
        El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 
        José Luis Soberanes Fernández, advirtió en Ginebra, 
        Suiza, que México registra un “agravamiento preocupante” 
        en los casos de violencia contra comunicadores mexicanos.  
        Por su parte, el representante en México del alto comisionado de 
        Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Anders Kompass, calificó 
        de riesgosa la situación de los trabajadores de prensa de ese país. 
        Con todo los números ubican al territorio azteca en el primer lugar 
        en Latinoamérica y el segundo a nivel mundial, en relación 
        a la cantidad de asesinatos de trabajadores de prensa. 
         
        
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