Octubre de 1997 -----•----- Año 2, Nº 23
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Reportaje a Viviana Romay de ATA

"El radiodifusor necesita reglas claras"

En las últimas semanas los canales de aire comenzaron a exhibir una serie de placas que alerta, antes de la proyección de películas y también de algunas teleseries, si el programa incluye lenguaje adulto, escenas de desnudez o de violencia. La advertencia, dirigida básicamente a los padres, forma parte de un acuerdo consensuado entre los operadores reunidos en la Asociación de Telerradiodifusoras Argentinas (ATA). Otras iniciativas importantes que se desprenden del acuerdo son la eliminación de este tipo de escenas en los pases promocionales durante el horario de protección al menor, y la implementación de una línea telefónica para recibir sugerencias de los usuarios (es la 312-6266).

Sobre el tema hablamos con Viviana Romay, miembro del Consejo Directivo de ATA y vicepresidenta segunda del Canal 9 Libertad, propiedad de su padre Alejandro.

-¿Cómo les fue con la línea telefónica habilitada para el televidente?

-Bien; para nosotros es abrir un poco los ojos a lo que la gente piensa. Hay un pacto de confidencialidad en ATA, por el cual podemos mencionar las generalidades, no las sugerencias recibidas sobre programas específicos. Hay quienes hablan muy bien del proyecto, otros como siempre dicen que no va a servir para nada, y otros cuestionan determinados programas. En ATA hemos acordado que un Comité de Imagen baje toda esa información y traslade las quejas específicas a cada canal involucrado. La información general va a ir a todos los canales.

-¿Esto puede servir para suavizar la relación con el COMFER?

-Yo nunca la viví como una relación tirante, más allá de los sumarios habituales... Esto nació como un acuerdo entre los canales, para colaborar con los padres en la regulación de la pantalla. Yo entiendo que la televisión privada no tiene como fin la educación sino el entretenimiento. Pero hay, según el criterio de cada padre, programas positivos, neutros y negativos para los chicos. Con las placas buscamos anticipar el contenido para que el padre resuelva; anticipar en el momento, porque la promoción ya anticipa lo que se va a ver. No creo en la teoría del espectador "desprevenido".

-Hace unos meses las grandes cadenas norteamericanas implantaron un sistema parecido. ¿Esto influyó en la idea de las placas?

-No que yo sepa. Los canales privados siempre hemos consensuado sobre cuestiones que tienen que ver con la actividad. Pero el tema contenidos, que es lo que nos hace competidores, siempre estuvo vedado. Creo que esto abre la puerta para discutirlo entre canales y lograr acuerdos, más allá de las diferencias y la normal competencia.

Cine con cortes

-¿Podría este sistema ayudar a que el INCAA dé permiso de emisión a películas hoy consideradas no aptas para televisión?

-No creo, porque ese tema no está en manos de los radiodifusores sino del Congreso. La ley es clara y se cumple; por lo menos puedo decirte que Canal 9 no pasa films prohibidos para menores de 18 años en ningún horario, y los PM16 los pasa recién después de las diez de la noche.

-¿Y respecto de las advertencias y sumarios del COMFER?

-Este sistema no está dirigido a los que regulan la radiodifusión sino a los padres. En lo que hace a la exhibición, hoy depende mayormente del criterio de cada canal. Y en cuanto a la ley, desde el ’83 estamos llenos de proyectos para modificarla o crear una nueva, que no pase sólo por los contenidos sino por temas mucho más importantes que nos preocupan y hoy tienen un marco legal obsoleto. Hoy es muy difícil para el radiodifusor saber cuándo está dentro y cuándo fuera de la ley. Sobre todo con el material no fílmico, que no está calificado y donde el criterio es tremendamente subjetivo. Los tiempos cambiaron, y cosas que antes eran mal vistas por la sociedad hoy no lo son.

-La anterior interventora del COMFER llegó a decir que si cumplía la ley al pie de la letra, tenía que levantar toda la programación...

-Es que es tan subjetivo que podés prohibir todo y también no prohibir nada. ¿Qué es "contribuir a la educación general"? Un ejemplo: hoy en los talk shows se habla de una serie de temas que son importantes para la sociedad, y hay quien cuestiona a estos programas. Me pregunto ¿qué se cuestiona? ¿la temática o el tratamiento? Para mí la temática tiene que ser abierta: un adolescente tiene que saber sobre el SIDA, tiene que saber encarar la sexualidad; no sólo desde un punto de vista moral sino también clínico, porque es algo que acarrea peligro de vida. No tocar esos temas es desinformar.

-¿No cree que en este momento hay una contradicción entre el tratamiento del material fílmico y los programas en vivo? Muchas películas no se emiten en TV, otras se emiten con cortes, e incluso las traducciones suelen suavizar los diálogos. Las placas terminan previniendo lo que ya está prevenido. Mientras que en el vivo todo puede pasar.

-Hay que diferenciar entre lo que es fantasía, ficción, y la realidad. En el tratamiento de la realidad deberían tocarse todos los temas, sin tabúes. En cuanto a la fantasía, habría que ver cómo funciona la mente infantil –e incluso la de un adulto- en cuanto a la compenetración que puede tener con un tema que se expuso en la fantasía. A mí las películas de terror me molestan: me dejan pensando, o tengo pesadillas. A otros les gustan. Creo en la libertad de opciones; en que el argentino es un pueblo bastante adulto, y que privarlo es subestimarlo. Tanto en cuanto a la elección política, de autoridades, como de lo que quiere ver, escuchar o hacer. En cuanto a los chicos, tienen padres y éstos no pueden esquivar su responsabilidad. No creo en eso de que porque los padres trabajan, los chicos son libres de hacer lo que quieran. Yo trabajo, tengo chicos chiquitos, y mis chicos tienen reglas que yo impongo. Los chicos siempre copian lo que hacen sus papás, y hacen lo que ellos les dejan hacer. No hay que echarle la culpa al radiodifusor; la decisión final la tiene el padre.

-¿Qué pasaría si los canales descubrieran que el fílmico con todas las advertencias es el que tiene menos rating? ¿O al revés, que es más visto que el resto?

-No sé, pero no es necesario medir el rating de esa manera para saberlo. Hoy día hay programación en vivo que tiene un rating acorde a su tono. Sin hacer nombres, hay programas que tienen o tuvieron mucho rating con ese tono; todos sabemos lo que el público quiere ver. La página de Internet que ofreció una foto del accidente de Lady Di tuvo infinidad de consultas. No sé por qué la gente consume eso -no sólo acá sino en el mundo- y después critica lo que consume. Esto tiene que ver con todo un marco, de lo político para abajo; la gente va creciendo de acuerdo a modelos que se van transmitiendo.

Buscar un pacto

-¿Hubo alguna reunión entre ATA y el nuevo interventor del COMFER?

-Sí, para aunar criterios y charlar un poco sobre contenidos, que es un tema que les preocupa mucho a ellos y a nosotros. Hace falta un acuerdo honesto entre las partes; el radiodifusor necesita reglas claras y adaptadas a la realidad de hoy.

-¿Cómo les cayó la designación de Aiello?

-Nosotros trabajábamos muy bien con la doctora Tezón y esperamos seguir haciéndolo con el nuevo interventor. Conozco a Aiello, es una persona fantástica que tiene muchas ideas acerca del manejo del COMFER. Se trata de un organismo inmenso, muy abarcativo, así que ordenarlo no es tarea de un día. Un tema muy importante para tocar es el de la clandestinidad, sobre todo en el interior del país.

El caso norteamericano

Aunque Viviana Romay lo negó en la entrevista, es muy difícil pensar que a la hora de diseñar el sistema de placas no se tuvo en cuenta uno muy similar, recién implementado en los EE UU. Menos publicitado que el famoso "chip antiviolencia" –aún en fase experimental-, el convenio entre las principales cadenas norteamericanas estipula que al comienzo de cada programa una señal de advertencia titile, según el caso, en el rincón superior izquierdo de la pantalla. Las señales son las letras V, S y L –para violencia, sexo y lenguaje ofensivo, al igual que en la Argentina- más una cuarta (D) que indica diálogos sugestivos (conversaciones con referencias sexuales).

Las cadenas ABC, CBS y FOX, más las principales redes de cable, acordaron usar estas advertencias a partir del 1º de octubre luego que varios legisladores amenazaran con obligarlos por medio de una ley del Congreso. La elección del sistema se hizo atendiendo la opinión de asociaciones de padres de familia y similares.

La cadena NBC, hoy líder en el segmento de teleseries con programas como Seinfeld y Friends, se negó a participar del acuerdo. "No hay motivo para que el gobierno se involucre en lo que la gente mira por TV" reza un comunicado de prensa del canal. De todos modos, está estudiando otorgar información sobre los contenidos en casos específicos.

Este sistema profundiza un primer acuerdo vigente desde el 1º de enero de este año, por el cual el material pasado por aire y cable es calificado de manera similar al cinematográfico (las categorías son PG, 14 y MA). Tanto este sistema como el nuevo tuvieronla anuencia de la poderosa Motion Picture Association of America (MPAA).

Las quejas de la NBC, la Asociación Psiquiátrica Americana y otras partes que se retiraron de las negociaciones, apuntan a que éstas responden a una presión del Estado sobre los programadores, lo que se ve como una censura encubierta. Vale recordar que en el último año se sucedieron varios episodios relacionados con el tema: entre ellos, el rechazo de los grandes estudios cinematográficos para distribuir una remake de la película Lolita, y la prohibición del film alemán El tambor –tanto en cine como en video y cable- en el estado de Oklahoma, a partir de la denuncia de una asociación de padres.

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