EL COMFER CORTO EL FLUJO DE FONDOS

La última colación de grados reflejó la desatención sufrida por el ISER

La última colación de grados del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER), dejó al descubierto los serios problemas que atraviesa el organismo. Mantenido en la práctica por su alumnos, el ISER es víctima de las internas del COMFER, cuya nueva conducción parece poco interesada en el establecimiento y crea, ella misma, inconvenientes adicionales para su administración.

Todo esto fue palpable en la colación ’97. Se trató de una ceremonia irregular, organizada entre gallos y medianoche y en la cual el calor de más de cien egresados no pudo ocultar un hecho notorio: por primera vez en un acto de este tipo estaban ausentes los representantes del COMFER, empezando por José Aiello. Ni siquiera se leyó una disculpa por parte del ausente interventor, un auténtico desconocido para los alumnos del ISER.

Las únicas autoridades presentes, rodeadas de sillas vacías, fueron los máximos responsables del Instituto: el director general Guillermo Lázaro, el director técnico docente Ing. Félix Argota Salinas, y Fernando Salas, asesor designado por Aiello que llegó tarde al escenario porque momentos antes estaba en la puerta del teatro, intentando resolver un conflicto que casi impide la propia existencia del acto.

Que sí, que no

Salas, más tarde, aseguraba a RTA que él había omitido, por un error burocrático, invitar a Aiello a la colación. Pero el interventor del COMFER estaba muy al tanto de todo; de hecho, su conducción fue la principal responsable de los problemas organizativos.

Primero se rechazó el Teatro Nacional Cervantes, donde la colación tuvo lugar el año pasado, por ser "demasiado caro"; cuando Salas reservó el teatro Rivera Indarte, se le dijo que la ceremonia no podía tener lugar en un ámbito "radical" (la sala pertenece al municipio porteño). Finalmente se acordó usar el Blanca Podestá, ubicado en Corrientes casi Talcahuano.

Pero los problemas recién empezaban. A la hora del acto –fijado para las 18.30- los egresados, vestidos con sus mejores galas, descubrieron que el COMFER no había abonado el alquiler de la sala. "Si no pagan, a las 19.30 les corto la luz" dijo el propietario del Blanca Podestá, desatando una carrera contra el tiempo. La cooperadora tuvo que poner dinero que había reservado para una cena posterior, y después concurrir al COMFER para que éste les reintegrara el importe. Salas llegó a ofrecer aportar la suma de su propio bolsillo. El monto adeudado era de mil pesos.

Todos estos problemas desembocaron en una ceremonia de segunda categoría, que comenzó con una hora de retraso y sin autoridades. Hasta la polémica Ana Tezón, bajo cuya dirección el COMFER intentó quitarle derechos a los locutores profesionales, había estado presente en el acto anterior.

Doble discurso

Varios de los egresados que hablaron hicieron referencia a la solapada "interna" existente entre Lázaro y Aiello, a la vez que mencionaban los logros administrativos del último año. José Paz destacó que por primera vez dos agrupaciones estudiantiles pudieron sentarse en el Consejo Académico del ISER y participar de las decisiones, como es usual en la universidad. Y José Ignacio Pacho, a cargo de la cooperadora, realizó en el acto la donación simbólica de equipos comprados por los alumnos e instalados en los estudios del Instituto, por un valor de cuarenta mil pesos.

Quien mejor resumió la preocupación de los egresados fue Carlos Gianella, representante de una agrupación estudiantil. "Traigo una crítica y una propuesta. La crítica es al COMFER y a las autoridades del ISER: me gustaría que los problemas políticos que existen entre ambos se solucionen, porque los estudiantes pagamos el pato de un problema que nos excede, y que no es académico" dijo ante el aplauso generalizado. "La propuesta –continuó- es que se agregue un año más de carrera, optativo, para conseguir una licenciatura dentro del instituto. Sería importante para el ISER y para nuestro crecimiento como profesionales".

Lázaro, contemporizador, prefirió resaltar lo más positivo. "Muchos de ustedes que hoy se van con el carnet en la mano volverán como colaboradores, conferenciantes, profesores... Nadie se va definitivamente del ISER" dijo. También se refirió al incidente que amenazó la estabilidad profesional a mitad de año: "se puso en peligro la validez del carnet de locutor, y merced a la labor de ustedes y de los organismos implicados se logró corregir un error administrativo bastante grave".

Ese día 17 de diciembre, lo más inestable era el cargo del propio Lázaro. El veterano locutor estaba bien al tanto de las tensiones, pero aún no sabía que estaba dando su último discurso. Días más tarde, Salas sería designado nuevo director del ISER.

Meritoriamente, y a pesar de los problemas, esta colación incluyó a casi cien egresados. Todos ellos subieron al escenario a recibir sucarnet, ocasionalmente de la mano de algún padrino famoso como Carlos Ingrazia o Karin Cohen, y con una sonrisa que tapó por un momento las preocupaciones. Como había comentado José Paz minutos antes, "a pesar de los errores, hoy estamos egresando del mejor instituto que prepara profesionales para los medios, y eso hay que celebrarlo".

El único recuerdo de Aiello que se llevaron los egresados fue su firma al pie del carnet habilitante, por el que también tuvieron que pagar... al COMFER.

Un negocio redondo

En realidad, el COMFER hizo un pingüe negocio con la colación del ISER. Cada uno de los 98 egresados debió abonar cincuenta pesos por el carnet que iba a recibir. Así el Comité recaudó $ 4.900 antes de la fiesta.

Los gastos del COMFER fueron:

-el alquiler del teatro ($ 1.000), como ya se explicó "financiado" por los alumnos a último momento;

-el traslado del cartel ubicado en el escenario ($ 14) y la compra de cintas argentinas para la decoración ($ 8), gastos ambos afrontados por el ISER y de los que tuvo que enviar facturas al COMFER para su posterior reintegro;

-presumiblemente, el costo de los carnets (menos de $ 200).

Vale decir que el Comité gastó, por todo el acto, menos del 25% de lo que recaudó de los egresados en concepto de carnets.

Detrás de la colación

Salas sala la masa

Fernando Salas es, desde enero, el nuevo director del ISER. En los pocos días transcurridos desde su asunción, asegura haber resuelto un tema pendiente: la firma de más de 200 carnets habilitantes de profesionales recibidos en el interior en institutos homologados por el ISER. Prudente y diplomático, con ocasionales muestras del humor lucido en programas como el "Fontana show" y "La noticia rebelde", Salas define a Aiello como "un hombre que sabe lo que tiene que hacer".

-¿En qué cambia el ISER con su designación?

-Bueno, en primer lugar yo soy mucho mejor que Lázaro (risas). Voy a tratar de modificar los planes de estudio: en especial el de libretista y guionista, para el cual llamé a Cernadas Lamadrid que es un especialista en la materia. También quiero un cuarto año en las carreras para que el estudiante pueda optar por una licenciatura en medios, que es un título más importante. Las prácticas en ese año serían conjuntas. Mi idea es armar un sistema departamental, donde los alumnos trabajen a la par y se compartan materias. En esta semana tengo una reunión con el Dr. Aiello y voy a plantear todos estos temas.

-¿En qué medida ese enroque va a agilizar los cambios que se proponen?

-Yo pretendo cambiar todo lo que se deba cambiar. Hay materias que deben ser controladas, cuyos programas no son lo que deben ser. Y pretendo un contacto más directo con los profesores, que éstos guíen al alumno.

-Me refería a que el año pasado parecía rota la relación entre Lázaro y Aiello...

-No sabría decirle. A mí me interesa mucho que Lázaro esté en el Instituto.

-¿Ahora habrá más atención de parte del COMFER hacia las iniciativas del ISER?

-Yo tengo un cajón lleno de iniciativas, pero éstas pueden cambiar sobre la marcha. Queremos adaptar los planes del Instituto a la realidad. También llamar a concurso a varias cátedras, y levantar los sueldos docentes que son miserables...

-¿Pero habrá voluntad política de llevar esto adelante? Todas estas iniciativas cuestan dinero...

-Aiello es un hombre muy consciente de lo que tiene que hacer. Espero poder llevar a cabo esas propuestas.

-¿Cómo es para un profesional de los medios desempeñarse como funcionario?

-Yo fui locutor, productor, escritor, hice radio, televisión y cine. Cuando empecé a dar clases me llamaron del ISER, donde llegué a ser subdirector, hacia el año ’87. Propuse un nuevo plan de estudios, que el COMFER adoptó pero con varios cambios que lo hacían inservible. Después sacaron mi materia, y me pasaron al COMFER para escribir una nueva Ley de Radiodifusión (me daban dos años para un trabajo que podía hacerse en dos meses). Entonces volví a los medios. No fue una buena experiencia. En la renuncia puse todo esto, pero nadie me dijo nada: "está bien, déjelo ir a este muchacho..."

-Usted en el COMFER –ahora en el ISER- y Raúl Becerra en ATC son dos funcionarios que parecen estar, ideológicamente, lejos de este gobierno...

-Raúl es amigo mío (yo fui candidato a su actual cargo) y ya me contó lo que le pasa. Pero no hay similitud entre la situación de cada uno.

Miedo al desalojo

La histórica sede del ISER en Paseo Colón 315 es motivo del conflicto más grande que hoy atraviesa el organismo: el contrato de alquiler por los dos pisos ocupados por el Instituto expiró en diciembre de 1997, y todavía no fue renovado.

Una vez más, los problemas empezaron durante la gestión Aiello. El ISER pagaba 16.275 pesos mensuales de alquiler; al aproximarse el momento de hacer una nueva prórroga, la contadora Barbagelata reclamó a la administración Moreco S.A. un alquiler de 10.000 pesos por ambas plantas. "Le explicamos que con ese monto no se alcanzaba a pagar los gastos del inmueble, como luz y calefacción, y que nosotros no les cobramos expensas" explica a RTA Ana María Manciagli, quien con su hermano Francisco administra el edificio para una empresa norteamericana.

En un informe de gastos que Manciagli hizo llegar al COMFER se detallaba que la manutención mensual de los dos pisos ocupados por el ISER cuesta 4,91 pesos por metro cuadrado. El alquiler pretendido por el COMFER, que incluye impuestos y las virtuales expensas –incobrables ya que el edificio tiene un solo dueño y no está subdividido- llega apenas a 3,85 pesos por metro.

Pero el COMFER no atiende razones. Es más, según Manciagli tampoco atiende llamados: "la Dra. Bouille –sucesora de Barbagelata en la Dirección General de Recursos- los hace filtrar por su secretaria. Y en diciembre dejaron de pagarnos el alquiler".

"Nosotros estamos interesados en pactar, incluso en bajar el precio, pero a una cifra razonable" explica Manciagli mientras nos muestra las cartas documento remitidas al COMFER. "Es la primera vez en veinte años que tenemos un problema con ellos. Y aclaro que son el inquilino más barato que tenemos".

En las últimas semanas la dirección del ISER estuvo viendo edificios adonde mudarse, entre ellos el que posee Ediciones De La Urraca en Venezuela 842 (ninguno resultó adecuado). Pero Fernando Salas se entusiasma con una idea del doctor Gustavo Medone, virtual segundo de Aiello a cargo de la Dirección de Asuntos Jurídicos: "queremos construir un edificio pensado y realizado para el ISER, en el micro o macrocentro". Cuando se le pregunta si el estado posee un terreno libre en esa zona, Salas responde: "esperemos que lo haya. Se está averiguando".

Mientras tanto, Salas dice tener el apoyo de Aiello para quedarse en Paseo Colón, por lo menos hasta las vacaciones de invierno. Pero la administradora no es tan optimista: "no nos interesa un contrato por seis meses o un año. Y debiendo tres meses de alquiler, es cada vez más difícil que se llegue a un arreglo". De hecho, ya está pensando en la posibilidad de un desalojo: "sabemos que no es fácil conseguir inquilino para un lugar tan grande, pero tampoco podemos dejar que se acumule la deuda".