EDITORIAL
No es el momento apropiado
Hace unos días, el Poder Ejecutivo, mediante sendos decretos mostró su voluntad de llamar a concurso público para la instalación, funcionamiento y explotacIón de canales de televisión abierta en la ciudad de Rosario y la capital de la provincia de Córdoba, nada menos.
Estos son los primeros concursos para adjudicación que se dictan en el período democrático a partir de la asunción del presidente Raúl Alfonsín. No estaría mal que el Gobierno ponga a disposición de particulares frecuencias libres para su puesta al aire. Pero lo que sí permite poner en tela de juicio el accionar es la metodología elegida. En realidad no se conoce el mecanismo con que se decidió el concurso en dos de las ciudades más importantes de nuestro país. Da la impresión de que fue un paso antojadizo o como aseguran los empresarios del sector, orquestado desde sectores del Gobierno con fines de política partidistica. Observando los decretos aludidos se advierte claramente una mediocridad total en los considerandos, donde no figura párrafo alguno explicando qué necesidades llevan a tan altas decisiones tomadas. No se pueden ceder frecuencias así porque sí. Deben tenerse en cuenta aspectos primarios ligados indefectiblemente al desarrollo cultural, económico y geopolítico de los pueblos.
El Poder Ejecutivo debe comprender que con la Ley de Radiodifusión vigente no es aconsejable llamar a concursos de frecuencias de canales de televisión de alta potencia. Es necesario que una norma del Congreso establezca las reglas claras, faltantes en estas circunstancias. Existen otras cuestiones de fondo como para insistir que cuanto menos en los casos de los concursos de los canales de Rosario y Córdoba, no se eligió el momento oportuno.