Los canales todavía infringen la nueva normativa

El 1° de julio entró en vigencia la norma que limita los horarios frente a la televisión y no todos los medios la respetaron. El Comfer evaluó el comportamiento de los canales y reconoce que “todavía les cuesta cumplirlo”. Pero no precisó en qué medida infringen. Por qué los canales desobedecen las reglas de un acuerdo que ellos mismos pactaron con el Gobierno.

A más de dos meses de haberse aplicado la normativa por la cual los canales se comprometían a respetar los nuevos horarios de protección al menor, previo acuerdo con el Comfer, todavía no se notan cambios significativos en las emisiones y ya son varios los programas que están en la mira del organismo. Hasta el mismo titular del Comité, Gustavo López, reconoce que si bien a los canales les parecía bien regular los horarios, en la práctica aún “les cuesta cumplir el acuerdo”. Sin embargo, pese a un reconocimiento del mismo López, los resultados de las fiscalizaciones que realiza el Comfer son todavía un misterio. Ningún sector del organismo pudo precisar si durante julio y agosto aumentó o disminuyó la cantidad de multas confeccionadas a los canales respecto de junio, cuando aún seguía vigente la tan cuestionada ley 22285 de Radiodifusión. El Comité sólo informó que continúa un estricto seguimiento de los programas considerados “en la mira”. Entre ellos cita a “Fugitivos” y a la novela de Canal 13, “Los médicos de hoy”, donde consideró que se mostraban “escenas inconvenientes para el horario de protección al menor”. También el dibujo animado Dragon Ball Z y la popular serie Real Sex fueron evaluados por mostrar escenas violentas y pornográficas, respectivamente. Por dar un ejemplo R&TA tomó tres casos testigos de programas que cometieron faltas a esta normativa y desnudan un panorama en el que algunos canales todavía no se preocuparon por respetar este acuerdo que ellos mismos pactaron con el Gobierno. El domingo 30 julio, el programa Fugitivos, de Telefé, emitió antes de las 22 imágenes de dos participantes mujeres que realizaban un desafío para ganarse 500 pesos. Hasta ahí todo parecía normal, salvo que para conseguir el premio, las jóvenes tenían que despojarse de sus ropas y untarse el cuerpo con productos comestibles para luego ser lamidas por animales. En tanto, el martes 1° de agosto, el periodista Chiche Gelblung puso en el aire a través de su programa Memoria que se emite por Azul TV, a la actriz Graciela Alfano y a su pareja con los torsos descubiertos. Fue pasadas las 21. A su vez, en los primeros días de septiembre, apareció por Telefé la promoción de la serie Tiempo Final, en donde se mostraban escenas de sexo en un horario apto para todo público. De qué trata el acuerdo El 1° de julio entró en vigencia una norma de carácter transitoria fruto del acuerdo entre el Comité Federal de Radiodifusión y los canales privados que, entre otras cuestiones, modificó el horario de protección al menor en tres franjas horarias de restricción: de 8 a 20, apta para todo público, de 20 a 22, no apta para menores de 13 y de 22 a 24 para mayores 16 años. Este cambio fue impulsado desde el mismo Comité, cuando se buscó precisar con mayor detalle los vacíos legales del artículo 17 de la ley. Así, luego de variados estudios de sociólogos, pedagogos y psicólogos, se llegó a la elaboración final de una normativa acorde con las exigencias de una sociedad cambiante. La norma fue la base de un acuerdo que la entidad estableció con los canales privados y los productores independientes, los que se manifestaron en concordancia con los nuevos plazos para la permanencia frente a la pantalla chica. Pero no la cumplieron y hasta se dieron el lujo de continuar con las infracciones que ahora recibirán mediante las multas. La postura de los canales roza con una costumbre poco provechosa. Según manifestaron, ahora les va a costar cambiar de un día para el otro la programación después de 10 años en donde no sólo no se aplicó la ley, sino que tampoco llegaban las multas en término. Además, pactaron con el Comité la realización de reuniones mensuales para evaluar el seguimiento de la aplicación de la norma y mantener el contacto permanente como un modo de hacerle sentir al Comfer que aceptaban el desafío que el propio Gustavo López les adelantó: “no queremos aplicar multas, queremos cambiar la televisión”. Pero en la realidad no quedaría otra opción para el organismo que aplicar sanción. Y ya comenzó a ver con preocupación los primeros resultados de un acuerdo prometedor, pero que en la práctica no genera resultados tal como habían sido previstos. El interventor del Comfer reconoce por lo bajo que las emisoras, “por un lado dijeron que sí, pero en la práctica les cuesta cumplir el acuerdo”. Pese a todo, López se siente “confiado y con mucha voluntad”, independientemente de una realidad que le muestra un panorama cada vez más complicado. Fuentes inobjetables de un canal abierto de Capital Federal confirmaron a R&TA que “no se pueden cambiar tan rápido los contenidos por más reuniones que se hagan. Si se recibieran las multas en el mismo momento en que se infringe la norma, se tomaría como un llamado de atención para tener en cuenta y así frenar el motor”, dijeron. Al parecer, las emisoras exigen una celeridad en la comunicación de las multas que el Comfer aún no tendría prevista. Cuando se selló el pacto, los canales creyeron ver un nuevo período en donde no se repetiría la excesiva burocracia menemista respecto de la notificación de sanciones. Sin embargo, la tregua por el cambio de la televisión todavía no finalizó. TV y menores Cuando el 22 de agosto se realizó el segundo encuentro-debate que organiza el Comfer en las instalaciones de Canal 7 Argentina, varias personalidades de permanente contacto con el ámbito de la comunicación dijeron su parecer frente a la realidad de una pantalla cada vez menos apta para los chicos. Entre ellos estuvieron la diputada Irma Parentella, integrante de la Comisión de Comunicaciones de la Cámara. La legisladora expuso algunas pautas de la propuesta sobre regulación de contenidos de radio y televisión en donde se destaca la sanción de un Código de Etica cuyos principios deberán ser definidos por los canales y verificados por un Consejo Federal de Medios. Parentella sostuvo que la programación debe contener temas educativos y culturales, producciones propias y noticias con carácter pluralista. También hizo hincapié en la regulación del sistema publicitario: ya no se permitiría que se emitan comerciales durante la emisión de un programa. Para la legisladora, “el hecho de discutir sobre la protección al menor y de instalar el tema ante los medios privados es un gran adelanto, porque ellos por sí solos nunca cambiarían la programación”. Otra de las más destacadas exposiciones del debate fue la de Eliseo Verón. El semiólogo consideró que también se debe establecer “un horario de protección para mayores”, donde a través de un cambio de la cultura de un país, se logre elevar los niveles de la programación. Verón considera oportuno “eliminar esa gran cantidad de programas basura que están en el aire, pero que ese cambio no se produzca por censura, sino por la misma gente, que un día va a decir basta y no los va a ver”. “Por ahora me parece que implantar los debates es un buen comienzo, pero también debe garantizarse de una buena vez la aplicación de las normas que existen para regular la televisión”, expresó.