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Entrevista con Carlos Rottemberg
“El Comfer todavía 
    no tuvo
    en cuenta a CAPIT”
El presidente de la Cámara de Productores Independientes de Televisión criticó la ausencia de diálogo con el organismo sobre temas de contenidos. Prepara un código de ética para respectar formatos televisivos y duda que la exportación de programas sea rentable.
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         Carlos Rottemberg  | 
    
El hombre fuerte del teatro porteño está más delgado pero no perdió el 
    ritmo de su conversación. Acuerda un encuentro en Miami y de inmediato se 
    interna en su oficina, estratégicamente ubicada entre sus cuatro salas ultramodernas 
    sobre la avenida Corrientes.
    La trayectoria como productor en escenarios le valió una fortuna. Pero la 
    fama le cayó con la tele. Para la gente, su nombre está asociado a los Almuerzos 
    de Mirtha Legrand y hoy es uno de los referentes que más conoce de cerca el 
    mundillo de la pantalla chica.
    Le huye a los rumores pero le gusta tirar frases para titulares. Su discurso 
    crítico no se altera ante los grabadores y sin pausa es capaz de ir y venir 
    entre sus vivencias como si el tiempo fuera tirano. Como si estuviera en pleno 
    set.
    Carlos Rottemberg dice ser el pionero. Y sus colegas lo saben. Tanto, que 
    le reconocieron esa experiencia y aún lo mantienen en el sillón de CAPIT, 
    la Cámara Argentina de Productores Independientes de Televisión.
 “Cuando en 1990 comencé a producir los Almuerzos de Mirtha, para poder formar 
    el primer contrato tomé uno de teatro: donde decía el nombre de la sala lo 
    reemplacé por canal y donde estaba el espectáculo puse el de la productora”. 
    
    Así eligió graficar Rottemberg el nivel de desconocimiento que existía sobre 
    la nueva modalidad de las producciones independientes pos crisis de 1989, 
    el punto de inflexión a partir de cual quedó atrás la única manera de hacer 
    televisión: sólo en los canales.
    “Antes era impensado que los licenciatarios de las emisoras entreguen parte 
    de su programación o adquieran contenidos a empresas satélites o externas 
    a ellos. No había antecedentes de riesgo empresario por fuera de los canales”, 
    recordó el empresario. Sin embargo, tuvo que transcurrir casi una década para 
    que esa nueva manera de fabricar programas tuviera entidad. Recién en septiembre 
    de 1999 se formó CAPIT, envuelta entre síntomas de espacios no resueltos y 
    la necesidad de unificar criterios.
    Para el productor, “había unos cuantos vicios ocultos de la actividad sin 
    resolver. La mejor prueba de que algo andaba mal era el tema impuestos: porque 
    mientras la TV por aire no pagaba al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires 
    ingresos brutos, nosotros sí”.
 R&TA: ¿Y en qué se avanzó hasta el momento con 
    la representación a través de la Cámara?
    Rottemberg: Estaba todo confuso. Hoy se reguló la relación con los sindicatos, 
    aspectos impositivos se adecuaron a las realidades específicas del rubro y 
    se mejoró la relación con los canales.
 ¿Cómo es esa relación en tiempos donde las emisoras dejan un tendal de 
    deudas con las productoras?
    La relación a nivel CAPIT es muy buena. Cuando se trata de defender los intereses 
    de los socios ahí estamos. Tuvimos reuniones cuando se concursó América y 
    en estos últimos días estuvimos con los directivos de Azul plateándoles problemas 
    de falta de pago a algunas productoras desde el canal.
 Sin embargo socios como Pergollini arremete cada vez que puede contra 
    América
    Sí, pero no es un clima belicoso. Sabemos que las emisoras tienen reducidos 
    totalmente los márgenes de ingresos publicitarios, pero los contratos se hicieron 
    para cumplirlos. 
¿Cuál es hoy la mayor preocupación de CAPIT?
    Por el momento no hay un temario fijo de acá en adelante. Hoy lo que estamos 
    leyendo para la próxima reunión es un código de ética interno que se quiere 
    formar sólo para las productoras.
    Tiene que ver con el respeto de los formatos televisivos. Es decir que si 
    un integrante de CAPIT está negociando un formato X con un canal, no aparezca 
    luego otro socio de la cámara a ofrecer lo mismo. La idea es no chocarse entre 
    socios. Y generar un respeto en las declaraciones hacia fuera sobre lo que 
    es la entidad.
 Pero algunos de los socios siempre se han encargado de tirarse dardos 
    en la pantalla. ¿Qué actitud tienen cuando están todos en una misma mesa?
    De repente surgen problemas. Y son los mismos socios los que traen el conflicto 
    a la mesa. Desde que está CAPIT nunca se ha llegado a la Justicia por estos 
    temas. Se habla entre colegas.
 ¿De qué manera afecta la recesión a las producciones independientes?
    Tuvimos un auge en la década del 90 pero después la recesión económica derivó 
    en el achique de la torta publicitaria, que bajó un 60% en pesos respecto 
    del año pasado. Querer no tener problemas es algo ilógico.
 ¿Es viable en una economía devaluada el negocio de exportar contenidos? 
    
    Algunos lo intentaron y los resultados fueron diversos. En el 2000 aparecía 
    un auge de las productoras argentinas en España, pero en la práctica no se 
    llegó a tanto. Tuvo más aceptación la ficción en algunas productoras en algún 
    país como lo tuvo siempre. Ese aparente auge duró lo mismo que los musicales 
    sobre la calle Corrientes. Son intentos pero no hay algo fuertemente arraigado 
    en el exterior. La gente de Cuatro Cabezas y Promofilm tienen productos afuera 
    y les funcionó.
 ¿Qué opina de la iniciativa oficial de abrir más canales y exigir mínimos 
    de producción propia?
    No es el mejor momento para abrir canales y exigir producción propia. Porque 
    si está costando hacer televisión en los canales capitalinos, no quiero imaginar 
    lo que pasaría en las plazas del interior sumado a la escasa torta publicitaria. 
    Va a ser muy difícil hacer televisión local y que tenga interés en el público. 
    El tema es que la gente la quiera ver. Y creo que todavía es muy difícil que 
    un espectador del interior sintonice un canal local teniendo un mostruito 
    de Buenos Aires en la pantalla.
 ¿Qué piensan hacer ustedes como productores de esos monstruos respecto 
    del cuidado en los contenidos, tan cuestionados por el lenguaje y las imágenes?
    Por momentos me pongo pacato al ver la televisión y digo cómo el Comfer no 
    actúa más sobre los contenidos. Y a veces me pongo como productor y digo: 
    ¡Qué suerte que no actúe más! Me gustaría que detrás de cada programa la gente 
    pudiera ver un rostro visible. Hay que hacerse responsable. La televisión 
    tiende a confundir y si ves, a los peores programas nadie los firma. Como 
    mínimo se sabe que es malo. 
¿Por qué no se respeta la guía de contenidos?
    Fue excelente la gestión que trató de hacer Gustavo López y su equipo al frente 
    del Comfer sobre este tema. Así como con ellos había un ida y vuelta, ahora 
    como CAPIT no tuvimos comunicación oficial alguna sobre quiénes están en el 
    Comfer. Desde el organismo no se ha acercado hasta nosotros. No tuvimos ningún 
    contacto y no somos nosotros los que nos tenemos que acercar a la autoridad. 
  
¿Nunca el Comfer los llamó?
    No. La gestión anterior se preocupó en conocer a los productores, firmar la 
    guía de contenidos. Cuando hubo un problema con Marcelo Tinelli por el sketch 
    de las gemelas en “Fugitivos”, nos reunimos con el organismo, hablamos con 
    Tinelli y se arregló el cuadro para que entre en el horario adecuado.
 ¿Le parece bien la idea de adecuar el volumen de los montos por multas?
    A mi no me parecen mal las multas en tanto y cuanto supiésemos cuál es el 
    manual con el cual se está manejando. Con López yo sabía cuál era la guía 
    de contenidos, hoy no se de qué estamos hablando. Por lo menos CAPIT no firmó 
    ninguna con estas nuevas autoridades.
 En un momento se habló de instaurar un premio CAPIT similar al Martín 
    Fierro, ¿en qué anda esta idea?
    Fue algo que se dijo y que la misma gente de APTRA le dio más prensa que nadie 
    preocupados de que exista otro premio y les quitara lugar. Pero en realidad 
    nunca prosperó seriamente el tema dentro de CAPIT. En la primera reunión alguien 
    dijo lo bueno que sería dar un premio, pero quedó en eso.
 Adrían Suar es uno de los socios más reacios. ¿Qué postura tiene la Cámara 
    sobre el Martín Fierro?
    CAPIT nunca se pronunció en contra del Martín Fierro ni qué hacer sobre el 
    tema. Directamente nunca se habló. Yo voy siempre a la entrega incluso con 
    todos los bemoles que signifique el premio.
 ¿Cree que perdió credibilidad?
    El premio no perdió credibilidad, tampoco los rubros ni cómo se votaba. Los 
    que perdieron credibilidad fueron algunos integrantes de APTRA justamente 
    porque antes eran periodistas y ahora son estrellitas de televisión. La verdad, 
    no es ético ser juzgado por estas personas. Son estos votantes los que han 
    desvirtuado el criterio de lo que era hacer periodismo en la Argentina.
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