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        ¿El 
        comercio libre se traslada a los medios? 
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Polémica en torno a una iniciativa de Estados Unidos
¿El comercio libre se traslada a los medios?
Durante la 
    conferencia de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de Cancún, 
    el representante comercial de Estados Unidos intentó extender el poder 
    de la OMC a los servicios de comunicaciones y audiovisuales. Esto incluye 
    tanto el cine, la radio, la televisión y la producción musical, 
    como los servicios de distribución mediática, sean satélites, 
    servicios de cable y de radio y teledifusión.
    Según aseguran algunos expertos, los resultados podrían ser 
    desastrosos porque las regulaciones nacionales que favorecen la producción 
    propia, local o nacional, diversidad mediática y el interés 
    público podrían ser atacadas bajo el pretexto de ser “barreras 
    al libre comercio”. 
    Los límites a la concentración de la propiedad o a la participación 
    extranjera en los medios en legislaciones nacionales y los programas que fomentan 
    la diversidad de los medios podrían ser considerados violaciones al 
    comercio. 
    Con el objetivo de frenar esta iniciativa, el pasado 9 de septiembre, representantes 
    de los movimientos internacionales que luchan por los derechos de comunicación 
    denunciaron la sumisión de los medios de comunicación y la cultura 
    a la OMC.
    Durante la convención que reúne a más de 100 ministros 
    que conducen el comercio de su país, los funcionarios continuaron las 
    negociaciones sobre el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS). 
    Entre las demandas que encierra el AGCS, se encuentra la inclusión 
    de los servicios de comunicación y audiovisuales dentro del acuerdo. 
    
    Sin embargo, un abultado número de países se oponen a esta disposición. 
    Es que las exenciones, subvenciones, préstamos, subsidios y otros incentivos 
    que fomentan el cine independiente, la televisión y radio públicas, 
    el arte y otras obras culturales podrían ser consideradas una violación 
    a las reglas antidiscriminatorias del AGCS si estos mismos recursos no estuvieran 
    al alcance de otros países miembros con intereses en el mismo mercado. 
    
    Los compromisos de publicidad también podrían hacer que los 
    países dejaran de legislar los comerciales para menores: por ejemplo, 
    se podrían cuestionar las leyes actuales contra la venta de cigarrillos 
    a niños.
    La meta de los AGCS es la “liberalización progresiva”. 
    Esto significa que en el futuro habría fuerte presión para descartar 
    tales excepciones de futuras negociaciones. Como consecuencia, cada vez son 
    más los organismos y entidades que presionan a sus gobiernos con éxito 
    para que se opongan a las propuestas estadounidenses de Servicios de Comunicación 
    y Audiovisuales, y para que bloqueen aquellos tratados que puedan impactar 
    los sistemas de medios de sus países. 
Suspensión de norma
Mientras 
    ciudadanos estadounidenses se quejan de la intención de suscribir el 
    AGCS, un juzgado de Filadelfia suspendió ayer en forma cautelar las 
    nuevas normas para el sector de medios de comunicación aprobadas por 
    la Comisión Federal de Comunicaciones en junio. 
    La nueva normativa que la FCC intenta imponer es el aumento del 35% al 45% 
    de la población de Estados Unidos a la que puede tener acceso una cadena 
    de televisión. También elimina la prohibición de que 
    una empresa sea dueña en una misma ciudad de televisiones, radios y 
    periódicos. 
    En tanto, la norma autoriza a las compañías a controlar hasta 
    cinco cadenas de televisión y ocho emisoras de radio en un mismo mercado. 
    Ahora habrá que esperar a que los tribunales no decidan sobre las docenas 
    de demandas interpuestas por las pequeñas empresas de comunicación 
    contra la nueva regulación. 
     
    
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Según revela un expediente de la Dirección de Trabajo de España
Antena 3 despediría a casi 400 empleados
En 
  total de 16 puntos sirven de razones para justificar el despido colectivo que 
  Planeta y De Agostini pretenden llevar a cabo en Antena 3 durante las próximas 
  semanas. El expediente de Regulación de Empleo (ERE) presentado en la 
  Dirección General de Trabajo, al que ABC ha tenido acceso, supone la 
  destitución de 390 puestos de trabajo, lo que representa un 25% del total 
  de la planta. 
  Al parecer, la cadena se escuda en la pérdida de competitividad en las 
  franjas de audiencia más demandadas, la disminución de los ingresos 
  comerciales y la inestabilidad en la parrilla de programación por el 
  bajo rating. 
  En tanto, los nuevos gestores de la cadena señalan por lo bajo que la 
  decisión fue tomada por el fracaso en la estrategia de diversificación 
  de anteriores etapas y la existencia de una estructura de producción 
  rígida con alto nivel de gastos fijos que requiere niveles de audiencia 
  que no se pueden mantener en la situación actual del mercado.
  Respecto a la situación económica de la compañía, 
  el equipo gestor hace hincapié en la caída de las ventas netas 
  (13,29% en el periodo 2000-2002), el crecimiento de los gastos de explotación 
  (14,13%) y el aumento de los gastos de personal (9,74%). 
  También insisten en la caída del 72,35% de Ebitda (resultado operativo) 
  al cierre del ejercicio anterior. En total, al cierre de 2002, la cadena tuvo 
  pérdidas por un valor de 31 millones de euros.
  Por otra parte, hoy tiene lugar la reunión entre los empleados de Antena 
  3 Temática y el inspector de Trabajo. La empresa ofrece 20 días 
  por año trabajado, lo que supone una indemnización total de 162.000 
  euros a repartir entre los 50 empleados de esta filial en vías de cierre 
  por cese de actividad.
No a la Bolsa
Luego 
  de varios idas y vueltas, la compañía española Telefónica 
  no lanzará una Oferta Publica de Venta (OPV) de Antena 3. Los motivos, 
  según fuentes próximas a la operación, son de naturaleza 
  jurídico-económica debido a las exigencias a las que le obligan 
  tanto la Securities Exchange Commissión (Sec) como la Comisión 
  Nacional del Mercado de Valores (CNMV). 
  Expertos bursátiles, en cambio, justifican esta decisión en el 
  “poco éxito que hubiera tenido una OPV de una cadena de televisión 
  en pérdidas como Antena 3”. La preparación de la due diligence 
  para los colocadores de la Oferta Pública de Venta (SCH y BBVA, entre 
  otros) había sido encargada al despacho de Garrigues. 
  A pesar de dar marcha atrás, en la sede de Gran Vía 28 son conscientes 
  de que tienen que dar liquidez a la cadena de televisión, que los títulos 
  deben cotizar y que tienen que estar en Bolsa. Es un requisito que, desde un 
  principio, han reclamado los nuevos socios de Antena 3 Televisión: José 
  Manuel Lara y los propios inversores particulares de Telefónica.
  Lo que hará la operadora es una salida a Bolsa bajo la fórmula 
  del listing, sin oferta de acciones. Según la CNMV, basta con cumplir 
  con los requisitos exigidos desde el Artículo 32 de la Ley del Mercado 
  de Valores. 
  El mayor inconveniente de este tipo de operaciones es que la compañía, 
  después de recibir la autorización del mercado correspondiente 
  (el Mercado Continuo) “empieza a cotizar sin más, sin que haya 
  una oferta, lo que puede provocar que las acciones entren en el mercado muy 
  lentamente, que haya poca liquidez”, señaló un experto.
  
   
  
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Un fenómeno que se extiende a Brasil y Uruguay
La región pierde cada vez más abonados
La 
  Argentina no es la única afectada a la hora de contabilizar las pérdidas 
  en número de abonados. Brasil y Uruguay también sufren la misma 
  situación, aunque con distintos matices. 
  La Asociación Brasilera de Telecomunicaciones por Abono (ABTA) desnudó 
  sus números, correspondientes a la primera mitad del año. Según 
  el balance, junio se cerró con 3.461.046 abonados, de los cuales poco 
  más de 2 millones (60%) reciben la señal por cable, 223 mil (6%) 
  por MMDS y 1.162.000 (34%) por DTH. 
  El monto total de suscriptores muestra una nueva baja si se lo compara con el 
  primer trimestre que tuvo un registro de 3.478.000. La caída no es novedad 
  si se recuerdan los dos últimos registros anuales (3.483.000 clientes 
  en el 2002 y 3.554.000 suscriptores en el 2001). Como es notorio, la primera 
  mitad del año ha expuesto una vez más la tendencia barranca abajo 
  que afecta al sector.
  Según informó la página produ.com, ABTA no ha querido hurgar 
  en el saco roto en el que se ha convertido la caza de abonados. En este su primer 
  relevamiento sectorial del año, prefirió destacar la mejora en 
  la facturación de las operadoras en el segundo cuarto del 2003: el balance 
  muestra que los ingresos de las empresas de TV paga crecieron 4,3% en el segundo 
  trimestre en relación al primero del año. 
  La facturación bruta, en tanto, fue de 845 millones de reales (US$288 
  millones aproximadamente) en el periodo abril-junio, lo que representa un 4,3% 
  superior en relación al trimestre anterior. La facturación acumulada 
  en el semestre fue de 1.600 millones de reales (US$545,5 millones), 15% más 
  que en el mismo periodo de 2002. 
  En el estudio, realizado en forma conjunta con el Sindicato Nacional de Empresas 
  Operadoras de Sistema de Televisión por Abono (SETA), se subrayan también 
  los balances positivos registrados por la mayoría de las compañías 
  operadoras en este segundo trimestre.
  “Con la baja en las tasas y retomado un crecimiento económico esperamos 
  resultados aún mejores para este segundo semestre”, aseguró 
  la presidenta de la entidad, Leila Loria.
El caso de Uruguay
La 
  base de suscriptores de Uruguay cayó el 50% durante agosto, en relación 
  al mismo período de 2000, año en que se registró el mejor 
  desempeño de este rubro históricamente. La cifra se desprende 
  de los datos aportados a la Ursec (Unidad Reguladora de los Servicios de Comunicación) 
  por parte de las empresas operadoras en el país.
  La fuerte crisis económica que se vive en Uruguay, desde hace cuatro 
  años, y la devaluación del peso frente al dólar sufrida 
  en agosto de 2002, provocaron que el parque actual de abonados ronde los 240 
  mil en todo el país, la mitad de los 489 mil usuarios que se contaban 
  en 2000. Esta última cifra representaba en ese momento el 69% de los 
  hogares de Uruguay. Hoy la cifra marca poco más del 30% de los hogares 
  tanto en el área urbana como rural.
  En tanto, sigue preocupando a los operadores el canon anual de 55 pesos (alrededor 
  de US$2) por cliente que debe ser abonado al Gobierno. Esto vuelca a las arcas 
  estatales casi medio millón de dólares, que se suma este año 
  a los US$ 1.200 que deberá pagar cada empresa que pretenda renovar sus 
  permisos en ciudades con más de 20 mil habitantes. Produ.com
  
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